Quienes somos
Fotografía García Cortés, un estudio con más de tres generaciones de tradición y excelencia desde los años 40. Ubicados en Ceuta, ofrecemos una amplia gama de servicios fotográficos, desde fotos de carnet hasta orlas, manteniendo siempre la calidad y el profesionalismo que nos caracteriza.
Fotografía García Cortés: Un Legado de Tres Generaciones
La Fotografía García Cortés es un emblema de tradición y evolución a través de tres generaciones, cuyos inicios se remontan a la mitad de los años 40 cuando Francisco García Cortés inauguró su estudio fotográfico en Tetuán, durante el periodo del Protectorado Español en el norte de Marruecos. La habilidad y el arte de Francisco no tardaron en reconocerse, lo que le permitió expandir su negocio con sucursales en Chefchaouen y Larache. La popularidad de Francisco García Cortés se disparó al convertirse en el fotógrafo oficial de la Alta Comisaría, un rol que le permitió documentar eventos y personalidades significativas de la época, consolidando su reputación como un fotógrafo de renombre. Sin embargo, el cambio de los tiempos traería nuevos desafíos y oportunidades. Con la independencia de Marruecos, Francisco decidió trasladar su estudio a varias ciudades españolas a principios de los años 60, adaptándose a los nuevos paisajes y narrativas que encontró.
En el siglo XXI, el negocio pasó a manos de Tomás García Díaz, nieto del fundador, quien ha asumido la responsabilidad de perpetuar el legado familiar. Así, la Fotografía García Cortés se erige como testimonio de una saga familiar que ha sabido adaptarse a los cambios del tiempo, manteniendo siempre la esencia de su fundador. Cada generación ha contribuido con su propio sello, pero siempre respetando el legado y la visión original de Francisco García Cortés. Este linaje de fotógrafos no solo ha capturado momentos históricos, sino que también ha sido parte integral de la historia cultural de Marruecos y España.
El relevo generacional llegó con Alfredo García Fernández, hijo de Francisco, quien tomó las riendas del negocio en Ceuta y lo gestionó hasta su jubilación en 1997. Durante su dirección, Alfredo no solo mantuvo el prestigio del estudio, sino que también lo enriqueció con numerosas exposiciones dedicadas a la ciudad de Ceuta. Su contribución al mundo fotográfico se extendió más allá de su estudio, ya que trabajó como corresponsal para la agencia de noticias EFE y para RTVE, dejando una huella indeleble en el periodismo y la cultura visual de la región.


Esta es nuestra historia:




La Fotografía García Cortés es un emblema de tradición y evolución a través de tres generaciones, cuyos inicios se remontan a la mitad de los años 40 cuando Francisco García Cortés inauguró su estudio fotográfico en Tetuán, durante el periodo del Protectorado Español en el norte de Marruecos. La habilidad y el arte de Francisco no tardaron en reconocerse, lo que le permitió expandir su negocio con sucursales en Chefchaouen y Larache. La popularidad de Francisco García Cortés se disparó al convertirse en el fotógrafo oficial de la Alta Comisaría, un rol que le permitió documentar eventos y personalidades significativas de la época, consolidando su reputación como un fotógrafo de renombre. Sin embargo, el cambio de los tiempos traería nuevos desafíos y oportunidades. Con la independencia de Marruecos, Francisco decidió trasladar su estudio a varias ciudades españolas a principios de los años 60, adaptándose a los nuevos paisajes y narrativas que encontró.
En el siglo XXI, el negocio pasó a manos de Tomás García Díaz, nieto del fundador, quien ha asumido la responsabilidad de perpetuar el legado familiar. Así, la Fotografía García Cortés se erige como testimonio de una saga familiar que ha sabido adaptarse a los cambios del tiempo, manteniendo siempre la esencia de su fundador. Cada generación ha contribuido con su propio sello, pero siempre respetando el legado y la visión original de Francisco García Cortés. Este linaje de fotógrafos no solo ha capturado momentos históricos, sino que también ha sido parte integral de la historia cultural de Marruecos y España.
El relevo generacional llegó con Alfredo García Fernández, hijo de Francisco, quien tomó las riendas del negocio en Ceuta y lo gestionó hasta su jubilación en 1997. Durante su dirección, Alfredo no solo mantuvo el prestigio del estudio, sino que también lo enriqueció con numerosas exposiciones dedicadas a la ciudad de Ceuta. Su contribución al mundo fotográfico se extendió más allá de su estudio, ya que trabajó como corresponsal para la agencia de noticias EFE y para RTVE, dejando una huella indeleble en el periodismo y la cultura visual de la región.

